martes, 15 de marzo de 2011

UN CUARTETO ARMÓNICO DE RESULTADOS EN 60 DIAS EN ABANCAY


Escribe: Roberto Maumed Rodríguez Mantilla

Los críticos corren el riesgo de no entender la trascendencia de los últimos acontecimientos ocurridos en nuestra ciudad de Abancay, todos ellos son el resultado de la gestión y trabajo del Alcalde Provincial Dr. Noe Villavicencio Ampuero.

Lo primero es reconocer el valor cultural y la dimensión de la presentación del Carnaval Abanquino en Palacio de Gobierno, que impulsó todo un proceso de participación popular y colocó a nuestra ciudad y nuestro carnaval, ante la prensa nacional y extranjera por tanto ante el pueblo del Perú y el mundo; lo segundo, es la gestión de 16 millones de soles del Ministerio de Vivienda, recursos que serán destinados a la construcción de pistas y veredas de los barrios eternamente olvidados por todos los alcaldes que tuvo la provincia de Abancay, así como para realizar obras en Huanipaca y Curahuasi; lo tercero, haber logrado la participación masiva de todo el pueblo abanquino en las últimas tres fechas de celebración de la fiesta del carnaval, la elección de la Señorita Carnaval, la Entrada del Ño Carnavalon y el Concurso de Comparsas de Carnaval Abanquino, tres fechas en las cuales el pueblo entero de Abancay, se volcó a las calles de nuestra ciudad, a la Plaza Micaela Bastidas y al Estadio el Olivo; lo cuarto, es haber logrado que nuestro carnaval abanquino sea declarado Patrimonio Cultural de la Nación.

Quienes no se han curado de las heridas o no han superado la frustración de ver quedarse a su candidato en las ánforas con menor votación el 3 de octubre el año pasado, seguirán no entendiendo que los cambios van en la dirección correcta y que el trabajo de la gestión provincial comienza a dar pasos firmes en el compromiso de hacer que Abancay, sea una ciudad desarrollada, limpia, moderna y segura.

Se puede exigir o pedir todo, pero no se debe, por carecer de racionalidad esa demanda. En 60 días el alcalde actual de Abancay, y ninguna autoridad del país podría solucionar todos los problemas de nuestra ciudad acumulados en muchos años de inercia, inacción e indiferencia. Seguramente habrá quienes verán como defectos la estatura, el número de rayas o los colores de su pocho, en fin para oponerse, al estilo de la politiquería ramplona y estéril, no es necesario tener razones, simplemente, hacer críticas y oponerse a todo, buscando defectos de forma pero nunca entrar en los temas de fondo.

No se llamaría política, si la política no fuese una actividad en donde las 24 horas del día, se está expuesto a la crítica, inclusive mientras uno descansa y por eso se debe entender que quienes odian o tienen una posición ideológica distinta y su labor es hacer critica, mantendrán ese libreto aunque que hayan resultados de gestión que garanticen el trabajo que va proyectando progresivamente hacia donde va una ciudad gobernada por un alcalde joven y con ganas de trabajar cada día más.

Los que reconocerán, no son quienes frustraron su consigna de oponerse o evitar la victoria de un candidato joven, hoy alcalde, que jamás hizo caso al insulto, a la diatriba ni a la difamación. Por el contrario abrió los brazos para brindar su amistad y fraternizar con todo el pueblo y eso es lo que más valora la gente y fue el secreto para su triunfo. Es una nueva forma de hacer política aunque parezca mentira y por eso da resultados.

Dejando atrás un escenario hostil y dramático, la autoridad, convoca y el pueblo asiste al llamado, se alegra, canta y ríe celebrando los carnavales, sabiendo que su asistencia no es para adular a la autoridad, si no para comprometerse e identificarse con la tradición y el trabajo en la cual debemos estar todos, autoridades, dirigentes y población, pero que además confirma que nuestra celebración carnavalesca va formando parte de la riqueza cultural de nuestro pueblo y será a partir de ahora, motor de una economía emergente cuando muchos turistas nacionales y extranjeros visten nuestra ciudad, con motivo de los carnavales y para los cuales se necesitará más infraestructura hotelera, más restaurantes de mayor calidad de atención, más demanda de alimentos, por tanto, en el campo la agricultura también se dinamizará. Aún para nosotros esta declaratoria del carnaval abanquino, como Patrimonio Cultural de la Nación, resulta lírica o declarativa, pero el impulso que brindará a nuestra ciudad, son inimaginables hasta hoy y eso la realidad misma nos demostrará.

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